viernes, 14 de agosto de 2015

Ternura vs amargura


Tienen un par de letras en común, pero solo eso, un par de letras
Qué difícil el camino para volver a ser tierno con uno mismo,
para tenerse paciencia, comprensión y compasión
para no irritarse en cada trastabilleo, en cada duda
en cada mínima decisión o no de la vida.

Es difícil quererse
tal cual como uno es, sin compararse, sin reprenderse
sin mirar el afuera con anhelo y el adentro con ojos cansados y agotados.

Es insufrible vivir en mi cabeza a veces
busco salidas y solo encuentro paredes, sin cerradura, con soledades
Me pierdo fácil y cuando logro encontrar la sonrisa, el placer de las cosas pequeñas,
una piedra, una canción, una lluvia que no para, puede hacer que ese castillo de naipes se desmorone.

No hay solidez, no hay seguridad ni confianza,
en mí, en lo que soy y lo que elijo no ser.
Hay un intentar seguir, salir, hacer, lo que sea, como sea.

Hay cosas más graves, lo sé
y esas cosas graves agravan todo.
La política, el señalar sin hacer, la mezquindad y falta de solidaridad,
todo, todo es un todo.

Y siempre es hoy, y cada día es una nueva lucha, 
solo que ya no tengo fuerza para luchar.
Hoy al menos no.
Estoy cansada y quiero dormir cien años, o al menos 8 horas pero descansar en serio
y no levantarme con los ojos rojos.
Harta de mi y de todo, sobre todo de mi amargura.
Que es un duelo, que el tiempo cura, que es necesario sanar.
Creo en todo eso, lo sé, lo viví, pero cómo cuesta
ser tierno, dulce, con uno y con el resto.

Hace falta una puerta, una cerradura, menos soledad 
y más amor,
por favor.





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