jueves, 27 de diciembre de 2012

Claraboyas

Lima es una ciudad bella.
Aunque le sobra humedad.
Y le falta sol.
Pero tiene color.
Y aroma. 
Cheiro a mar, a ceviche, a chirimoya.
Y malecón. 
Música, de esa que se escucha en la radio
y de la otra que se le siente en el acento de la gente.
Tiene tonos, pausas, graves
 y los pocos agudos son las bocinas de los autos.
Maldito tráfico.
Están entrenados para no chocar.
Y regatean todo. Pero todo, eh.
No tiene arena, sino piedras.
Negras.
Y otras blancas tiradas cerca de la costa.
Ideales para dibujar.
Casi que te lo piden, y no hacerles caso sería perder una oportunidad.
Tienen la plaza del amor.
Aunque esa escultura siempre me da miedo.
Y galerías de cosas lindas, como Dédalo, o la Despensa.
Y Barranco.
Que es más que un barrio, es un mundo.
De perdición, de bohemia, de amor, de odio, de paz, de guerra.
De todos los sentimientos juntos e misturados.
Lima me atrae y repele, todo al mismo tiempo.
Pero insisto,
lo único que de verdad le falta,
es sol.
Volando hacia Lima, atravesando ese colchon de nubes, tuve una idea.
Y si se construyen torres con claraboyas que capten el sol 
y lo bajen a la ciudad?!
Pum. Se ponen torres en diferentes distritos y se hace una triangulación solar!
Qué tanto más lindo sería todo!
Soñar no cuesta nada, 
no?