No tiro los tubitos de papel higiénico cuando se terminan. Simplemente se acumulan sobre el bidet hasta que siento vergüenza de mi desidia.
En los bolsillos de mis camperas tengo siempre carilinas usadas.
Estornudo con fuerza y sonoramente.
Suelo tener los labios y la piel seca, el cuero cabelludo descamado (desde hace meses, esto último está cada vez peor).
No tengo un gran sentido de la moda. A veces, muy de vez en cuando, tengo ocurrencias que son más divertidas que elegantes.
Tengo muchas arrugas alrededor de los ojos y el culo bastante caído.
Mi eje al bailar es lábil. Depende en gran medida de mi estado de ánimo (mi estado de ánimo está frágil).
Babeo y ronco al dormir.
No lavo los platos al terminar de comer.
Pierdo demasiado tiempo en redes que no me aportan nada.
Mi primera reacción es señalar las "fallas", las contradicciones, lo distinto. Aún cuando yo misma soy contradictoria y me siento distinta en muchos ámbitos. (En eso estoy, mejorando de a pequeños pasos)
No me adorno mucho ni soy tan femenina.
Me sulfuro rápido al hablar de feminismo con hombres.
Pienso demasiado al punto de enroscarme. Soy neurótica y obsesiva.
Transpiro irracionalmente y en exceso.
Soy demasiado autoconsciente.
Tengo muy poca disciplina y constancia para las cosas que requieren esfuerzo.
No guardo la ropa al toque que la saco del tender.
Interrumpo mucho cuando me hablan y puedo ser soy muy terca.
Oculto mis inseguridades detrás de un unicornio facho defensivo, autoritario y de lengua filosa. Aunque ya estoy cansada y aburrida de ese personaje.
Yo también me acuesto con los pies sucios en la cama.
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Leerme tan etérea e ideal me hace pensar que hablas de otra persona. Quisiera que me recuerdes entera y real.